Verdades hay muchas, realidades sólo hay una.
El mundo es el que es y es único. El mundo real no es una verdad ni varias, es la realidad, simplemente.
Luego en LO QUE DECIMOS del mundo, es cuando aparece el concepto de Verdad.
Aristóteles definía la verdad como "decir de lo que es, que es, y de lo que no es, que no es". Es decir, la verdad es una correspondencia entre lo que decimos y lo que es.
Y ahí es donde entra la complicación. Cuando decimos algo, no describimos la realidad completamente, sino sólo un aspecto de la misma. La realidad tiene infinidad de aspectos, y por tanto, se puede decir infinidad de verdades sobre ella. Además el lenguaje es ambiguo, y lo que decimos con palabras no es algo claro y preciso. Si llueve y va amainando y solo caen unas gotas, uno podrá decir que ya no llueve. Otro dirá que sí. Si cae una gota por minuto, ¿llueve o no llueve? ¿cual es la verdad? Además es relativo y contextual. Si decimos que algo es grande y otro dice que es pequeño, que sea verdad una o la otra cosa dependerá de con qué lo estemos comparando. Si decimos que el planeta Mercurio es pequeño, lo es si lo comparamos con otro planeta, pero si lo tuviéramos delante nuestro sería gigantesco. También el lenguaje es subjetivo: hay juicios de valor. Si decimos que una persona es guapa, uno podrá creer que sí y otro que no. Porque no hablamos de la persona en sí únicamente, sino de la apreciación de una persona sobre la belleza de otra. Si hablamos de motivos para hacer algo una persona los verá de una manera y otra de otro, porque no sólo hablamos de ese algo, sino de motivos subjetivos, de valoraciones personales, etc. Hablamos de cosas distintas porque hablamos del hecho, de la valoración del hecho por una persona, y de la valoración del hecho por otra persona. Las tres cosas son hechos distintos entre sí.
Todo esto implica que existan multitud de verdades distintas sobre un mismo hecho. El hecho es único y no es completamente descrito por ningún conjunto de verdades sobre él.
Hay por tanto verdades personales, verdades objetivas y subjetivas, verdades relativas, ... y también verdades absolutas ("el sol emite luz" es verdad, le pese a quien le pese).
Es decir, todo depende del USO DEL LENGUAJE que hagamos.
Las verdades no son siempre relativas, ni son siempre absolutas. Para algunas cosas hay multiplicidad de interpretaciones posibles e igualmente válidas, aunque sean opuestas; para otras cosas no puede haber oposición porque sería una contradicción imposible.
No es que haya una verdad u otra, sino que la verdad la creamos al hablar, y según de lo que hablemos y de la forma en la que hablemos, habrá varias verdades o sólo una, verdades relativas o absolutas, verdades objetivas o subjetivas, y verdades precisas o imprecisas. Hay tanta variedad como frases distintas se pueden hacer.
Cuando uno dice tener una verdad, y otro dice tener otra, dependerá de lo que digan.
Si se trata de científícos o en general de hechos objetivos, la verdad será una.
Si hay interpretaciones subjetivas sobre si algo es bueno o malo, la verdad no será única porque no hablamos de las cosas sino de si las cosas son adecuadas para unos intereses o para otros, y ambas versiones pueden ser validas.
Para decir si hay una o varias verdades posibles, en el uso del lenguaje hay que distinguir si se trata de un uso descriptivo, de uno normativo, de uno social, de uno consensual, etc.
El problema filosófico de si hay una verdad o varias es por tanto engañoso. Estamos dando por transparente el lenguaje como si este reflejara a la realidad, cuando no lo es. El uso del lenguaje es donde reside el mundo de la verdad, no únicamente en la realidad. Y toda la complicación de si hay una verdad X o varias, se reduce a "qué es lo que quieres decir cuando dices X". Según ese USO del lenguaje, hablaremos con características distintas del lenguaje, y en cada uso distinto se hará una consideración distinta de qué es ser verdad.