El proyecto de la intervención francesa y la creación de un segundo Imperio Mexicano, amparado por Francia, perseguía el objetivo de frenar el expansionismo angloamericano.
Desde muy temprano los EE. UU. se habían mostrado hostiles e ingratos a las naciones latinas. A través de un fraude, obtuvieron Louisiana, en 1803... primer aviso. En 1810, Andrew Jackson ocupa la Florida Española, bajo pretexto de que si no ocupaban los yanquis, la ocuparían los ingleses... segundo aviso. En 1835 (6?) los angloamericanos declaran independiente Texas, territorio de México... tercer aviso. En 1847 estalla la guerra entre México y los EE. UU... ya no había otro aviso, los yanquis se sacaban la careta.
Al obtener como botín de guerra la Antigua California, los yanquis franquearon su paso hasta el Pácifico. Fue hasta entonces que los europeos comprendieron que los EE. UU. eran un peligro a su hegemonía. Por eso, cuando una comisión mexicana va a entrevistarse con Napoleón III, éste recibe con placer la idea de que Francia y México detengan el avance yanqui.
De lo anterior se sigue con facilidad la causa por la cual el gobierno de los EE. UU. ampara el festejo del 5 de Mayo (de hecho, se festeja en la misma Casa Blanca): el 5 de Mayo es un día en que un proyecto que buscaba frenar en seco el expansionismo yanqui, sufrió un revés, que al mismo tiempo sería una anticipación de la salida de las tropas francesas de México.
Cuando el gobierno yanqui celebra el 5 de Mayo lo que está diciendo es "Francia no pudo detenernos; vencimos al Segundo Imperio Mexicano; la hegemonía continental es nuestra; México es nuestro también."
Se logra también otro propósito: hacer creer a los mexicanos que el único enemigo exterior ha sido Francia. Si se piensa en Francia, ya no se recuerda que los yanquis nos invadieron y nos arrebataron media República.